22 marzo 2007

Una semanita de relax

Pues eso, que me voy de vacaciones de Spring Break, en principio el plan es salir mañana hacia Daytona Beach (típico de las películas donde los universitarios hacen fiestas en la playa), pasar allí el fin de semana, y el domingo irnos a Orlando. El lunes tenemos pensado ir al parque temático de la Marvel, y el martes nos iremos a Everglades, el parque natural por excelencia de Florida que habreis visto en miles de películas y en CSI Miami (ese lleno de lagunas y caimanes). El miercoles y el jueves los pasaremos en Miami, haciendo un poco el Tony Montana, o el Sonny Crocket. Y finalmente el viernes nos volveremos hacia Milledgeville.

Así que, aunque cabe la posibilidad de que me lleve el portatil porque los hoteles tienen wifi, lo más probable es que tardeis en tener noticias de mí.

Por cierto, este post es interactivo, mientras lo estaba escribiendo Victor me ha traido una carta que hace que las posibilidades de que el año que viene vuelva a EEUU se eleven al 95%, ya os contaré.

20 marzo 2007

Mardi Gras (2 de 2)

Aviso: Este post es la segunda parte del viaje, cuyos preparativos pueden encontrarse aquí. Es muy largo pero, no queríais caldo, tomad siete tazas. Los videos y fotos han sido realizados por Tony Scott, así que abrazan sus más altos cánones de calidad y psicotropia.

En el viaje hasta Nueva Orleáns no ocurrió nada reseñable, principalmente por el grupo de gente que iba, que no eran precisamente la clase de elegidos que se encontrarían, por poner un ejemplo, al Cordobés en una estación de servicio de mala muerte. Además, salimos a las seis de la mañana del viernes, por lo que (evidentemente) fui de empalmada, así que me pasé la mayor parte del viaje durmiendo, raro en mí. En vano fue mi estúpido intento de llevarme un libro para intentar estudiar mi examen del lunes siguiente, pues cada dos páginas daba una cabezada de hora y media. Fueron ocho horas, así que haced los cálculos.

Una vez en Nueva Orleáns y establecidos en el hotel, que para su precio estaba bastante bien, y tras informarnos de los desfiles del día, preguntamos al amable mexicano de recepción sobre el transporte público que podría llevarnos a la ciudad, ya que Matt no quería beber y conducir (y yo a posteriori se lo agradecería). Éste nos dio dos posibilidades, un autobús de frecuencia desconocida, o un taxi. Siempre preocupados por nuestros maltrechos bolsillos (y más que acabarían) decidimos optar por la opción autobús. Tras veinte minutos buscando la puta parada, que estaba en medio de la nada, nos sentamos a esperar. Viendo que tras diez minutos no había señal del autobús decidí acercarme a un MacDonalds cercano y pedirme una Cocacola. No sé si sabréis que en EEUU en los restaurantes de comida rápida hay “refill” o lo que es lo mismo, que una vez que pides una bebida puedes recargártela tantas veces como quieras (me imagino en España la gente yendo con garrafas al Burguer). Pues me dio tiempo a recargarme cuatro veces la Cocacola y a fumarme cuatro cigarros y el puto bus no apareció. Así que decidimos volver al hotel y pedir un taxi.

Los taxis en Nueva Orleáns tienen un curioso sistema de kilometraje, doce pavos por persona, da igual cuantos monten, es decir si vas tú sólo desde el hotel a la ciudad son doce pavos, y si vais cuatro son cuarenta y ocho. El taxista, Phill, era un hombre muy amable así que nos estuvo contando su vida en verso y enseñándonos los destrozos del Katrina, además nos dijo que el mejor sitio para ver los desfiles era en el centro, junto a la calle principal, Bourbon Street, que era dónde acababan todos. Pasarían unas horas hasta que entendiéramos lo que Phill nos estaba queriendo decir realmente, pasad de los desfiles e iros directamente a la juerga. Una vez en Bourbon Street vimos que la calle ya tenía bastante ambientillo y decidimos ir a un restaurante a cenar (horario americano 6:30 de la tarde). Nueva Orleáns es famoso por su Marisco, se supone que es la Galicia de EEUU, así que me pedí un cóctel de gambas. Para mi sorpresa, el cóctel en cuestión consistía en hojas de lechuga y gambas, sin mayonesa ni nada, así que me comí mi insípida comida mientras me cagaba en el restaurante.

Una vez cenados creímos conveniente comprarnos unos collares (“beads”), los cuales cumplen una importante función, según la leyenda, que os detallo a continuación. Estad atentos porque si no puede que se os escape el intrincado mecanismo. Si le das un collar a una mujer, ésta, por tradición, tiene que enseñarte las tetas. Claro, ¿no? Es algo bastante lógico, no sé por qué me sorprendí tanto cuando me lo dijeron por primera vez, un collar, unas tetas, el principio de intercambio equivalente. Pero son caros de cojones (teóricamente lo valen) así que sólo pude comprarme tres.


Image Hosted by ImageShack.us
¿Cuál me granjeará más tetas?

Enrique por su parte decidió gastarse unos pavos más y comprarse un gorro de rey. Yo pasé porque no asegura más tetas, así que no merecía la inversión.

Image Hosted by ImageShack.us
Hail to the king

Una vez equipados, y viendo que el desfile aún no había llegado al centro, decidimos adentrarnos en Bourbon Street en lo que sería un camino de no retorno.

Image Hosted by ImageShack.us
En la calle del vicio…

Lo que nos encontramos era algo surrealista, si habéis estado en San Fermines os podéis hacer una idea. Los pucelanos os podéis hacer una idea también si habéis estado (que sé que sí) en el desfile de Peñas. Bueno, pues ahora coged los elementos característicos de estos eventos, a saber, gente muy borracha, la calle petada, avalanchas humanas, y ese tipo de cosas e insertadlo en un contexto donde todos los edificios a vuestro alrededor son bares, discotecas o locales de “striptease”.

Image Hosted by ImageShack.us
Gracias Larry (Flynt)

Image Hosted by ImageShack.us
El gorro de rey resultó ser como los donetes, te salen amigos de todas partes (aunque como en este caso no los desees).



Caminamos a lo largo de la calle para disfrutar el ambiente y hacernos una idea de cómo iba a ser aquello. En esta primera toma de contacto descubrimos varias cosas:

- La gente de Nueva Orleáns tiene muy buen humor y no duda en reírse de sus propias desgracias.


Image Hosted by ImageShack.us
Estuve en Nueva Orleáns durante el huracán Katrina y lo único que conseguí fue esta mierda de camiseta, una televisión de plasma, y un Cadillac nuevo.

- Una tienda de comestibles reconvertida en bar donde encontramos a nuestros nuevos dos mejores amigos durante nuestra estancia en la ciudad.

Image Hosted by ImageShack.us
Birras por 75 centavos, ¡os amo! ¡Friends forever!

- La marca Capitán Morgan es oriunda de Nueva Orleáns, o en su defecto, sabe muy bien donde está el negocio. Lo segundo es aplicable también a la marca de preservativos Trojan.

Image Hosted by ImageShack.us
No sabéis lo buenas que estaban sus acompañantes.

Image Hosted by ImageShack.us
Las azafatas de Trojan también estaban muy buenas.

- Y por último, pero lo más importante, las tetas también son un negocio. Porque si quieres partir el bacalao tienes que lanzar collares desde balcones que se alquilan por un precio, que si bien no sé, intuyo desorbitado.

Image Hosted by ImageShack.us
Otros que se forran

Esa es la cruda realidad, la promesa de tetas sin fin, se cumple sólo en parte, no puedes ir por la calle y darle un collar a cualquiera esperando verle las tetas. No. Tienes que pagar pelas para estar en un balcón y desde allí ofrecer tu mercancía a aquellas jovencitas (y no jovencitas tristemente) que quieran mostrar sus vergüenzas. Eso no quita que, como desde tu nacimiento fuiste bendecido con el don de la vista no puedas ver las tetas de todas aquellas que las enseñen a cambio de un collar caído de las alturas, lo cual, para nuestro regocijo, es bastante a menudo. También es común que sean mujeres desde balcones las que exijan collares lanzados desde el inframundo en el que se encuentran los pobres mortales, y consecuentemente enseñen sus tetas desde lo alto, para que nadie pierda detalle. Aquí os cuelgo un par de videos de ínfima calidad donde, supuestamente, podéis ver tetas. No os quejeis que es pornografía gratis.





En estas fotos, que en realidad son bocetos realizados por un mono borracho, podéis ver también a las protagonistas de los videos


Image Hosted by ImageShack.us
Aunque no se aprecie en el video, lo mejor fue las hostias que se llevó ante la imposibilidad de recoger todos los collares que la lanzaron. La gente apuntaba a la cabeza, ¡qué cachondos!

Image Hosted by ImageShack.us
Estas eran un par de amigas que se desnudaban la una a la otra. ¡Genial!

A lo largo de la noche nos encontramos con varios elementos pintorescos que creo se merecen un lugar en esta crónica:

Image Hosted by ImageShack.us
No podía dejar de imaginar a Fernando diciendo “¡Vamos a acabar en carretilla!”, “¡Otra birrrita caramarrrero!”

Image Hosted by ImageShack.us
Éste evidentemente nos le encontramos en el hotel pero creo que éste es su apartado.

Image Hosted by ImageShack.us
Aquí tenemos a MA Berrakus de Videoarena.

Image Hosted by ImageShack.us
Esta la pongo para fardar, porque la verdad es que no me acuerdo para nada de estas dos chicas. Por cierto la mierda de la que bebían la llevaba la mitad de la gente allí. Preguntamos precio, pasamos del tema.

Tras un rato dando vueltas decidimos que ya era hora de entrar en algún local, sobre todo porque hacía un frío que no sé cómo las valientes podían ir enseñando las bufas. Así que elegimos uno al azar y nos dirigimos a la puerta. Aquí fue cuando terminé de darme cuenta de la maldición que me acompañaba en este viaje, estaba en uno de los lugares más despollantes del mundo, pero la compañía no era la adecuado. ¡¡Matt y su amiga no tenían 21 años!! Y por lo tanto no podíamos entrar en ningún local. ¡Aaaargh! No podía ser cierto. Así que Enrique y yo nos dedicamos a dar vueltas por la calle congelados, meándonos, y acordándonos de la familia de nuestros queridos acompañantes. Tras varias horas mareando la perdiz Matt decidió que ya nos había jodido bastante la noche, en el fondo me dio pena, y se piró al hotel con su acompañante. Enrique y yo nos quedamos una par de horas más y entramos en un par de locales, pero ya era muy tarde y en los sitios buenos cobraban un ojo, así que para el tiempo que nos quedaba estuvimos en un par de sitios de relax, y decidimos reservarnos para el sábado. Taxi de vuelta y a dormir.

El sábado fue una repetición casi exacta del viernes así que lo resumiré rápidamente hasta llegar a hechos relevantes. Me estafaron con el marisco de nuevo, volvimos a pillar un taxi, recogimos collares del suelo como mendigos, nos bebimos mil cervezas en el garito de nuestros “friends forever”, no dejaron entrar a Matt y a Kari en ningún local y vimos muchas tetas.

El sábado había bastante más gente, así que las avalanchas se volvieron bastante peligrosas, además la gente estaba más agresiva porque llevaban más tiempo bebiendo (debió de haber un desfile muy gordo al mediodía donde la gente se mamó como animales, nosotros como siempre nos enteramos los últimos). Estos hechos llevaron a que los protagonistas del sábado fueran estos caballeros.


Image Hosted by ImageShack.us
Yo iba de romería y me cogiste de la mano, me cogiste la mano y me subiste a tu caballo...

Quienes cogieron cariño a estos otros

Image Hosted by ImageShack.us
Por si no se aprecia están subidos encima de un coche.

Y se dieron las consecuencias lógicas (Uno que se aburre periodismo de investigación, para nada amarillista, se arriesga ofreciendo estas IMPACTANTES imágenes)





De estas hubo varias, así que la tarde se pasó bastante entretenida viendo detenciones, que son una cosa que saca bastante de la monotonía.

El cambio básico fue que Matt y Kari se habían liado la noche anterior, así que decidieron pirarse al hotel a darse amor a eso de las 10 de la noche, lo que dejaba un abanico de posibilidades ante los intrépidos españoles. Lo primero que hicimos fue entrar a un local donde había 3 por 1 de cervezas, y mamarnos como animales, tras esto vinieron las primeras señales de que diferentes modos de ver la noche se había juntado. Yo, como buen depravado que soy, no quería irme de allí sin entrar en una barra americana, verdaderamente americana, ver gentuza metiendo dólares en tangas y echarme unas risas, pero Enrique creía que eso era caer en el negocio del engaño y del sexo que realmente representa Mardi Gras, lo cual unido a la decadencia de la sociedad occidental zzzzzzzzz… Así que tuvo que utilizar un truco muy viejo, aprovecharme de las necesidades básicas del ser humano. Como ambos nos estábamos meando, y en la mayoría de locales, por ser sábado, cobraban entrada o en caso de ser de comida exigían consumir (te pedían el ticket en la puerta del baño, lo juro), le engañé mostrándole que en los locales de striptease la entrada era gratuita. Esto en realidad era una verdad a medias, porque, si bien no te cobraban entrada, una vez dentro una amable señorita se aseguraba de acomodarte en una mesa de la que no podías escapar sin quedar como un husmia. Como tengo un gran corazón, y Enrique amenazaba con marcharse, le pagué la consumición (qué dolor) y nos sentamos a disfrutar del espectáculo. La verdad es que me partí el ojete porque el local estaba lleno de tíos más salidos incluso que yo, que no paraban de meter billetes en los tangas de toda mujer que se les pusiese a tiro, y de gritar chorradas. Además constatamos nuestra pinta de pobres, al ver que todas las bailarinas que estaban buenas ofrecían sus servicios privados a viejos amontonados, mientras a nosotros nos los ofreció una mujer de amplias caderas, a la que sonrientemente invitamos a privarnos del placer de su baile.

Tras reconocer que se lo había pasado bien dentro, y acabarnos nuestras consumiciones abandonamos el local en busca de una discoteca donde echar raices. Aquí de nuevo nuestros gustos se mostraban diferente porque si bien yo optaba por pagar diez dólares por entrar en alguna de las discotecas con buena pinta, Enrique prefería pagar cinco por ir a un bareto con música en directo.

Image Hosted by ImageShack.us
A esto le llamo yo buena "pinta". Qué mala.

Como él ya había cedido una vez, esta vez me tocó a mí, así que entramos a un bar donde una banda amenizaba el ambiente con un concierto típico de EEUU, es decir, AOR. La música nos gustaba a ambos, y el bar no estaba mal, pero claro, no era precisamente la fiesta padre. Pese a eso lo pasamos bien y nos echamos unas risas, que es lo importante. Lo mejor fue un grupo de españoles que nos encontramos que había venido desde una reunión de trabajo en Arizona (vaya paseo) y estaban flipando con la característica forma de bailar de los americanos. No tengo palabras para describir la cara que puso uno al despedirse de mí, mientras yo habituado ya a estas lides me frotaba con una amable señorita sin mostrar demasiado entusiasmo por ello.

Image Hosted by ImageShack.us
Enrique se fijaba en el teclado yo en otras cosas.

Como colofón final en la última canción varias espontáneas se subieron al escenario y mostraron sus pechos, en lo que fue un más que apropiado epitafio para la noche.

Ya de camino al taxi nos encontramos un grupo de venezolanos (o peruanos, no me acuerdo) cantando el “Alcohol, alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual” a los que unimos en un último toque de delirio.


Image Hosted by ImageShack.us
Canciones sin fronteras

Al día siguiente me desperté con mucha resaca, y lo peor, con una conjuntivitis de cojones, así que me pasé todo el camino de vuelta durmiendo. La conjuntivitis en cierto modo fue bienvenida porque me libró (no creo que todavía os acordéis de que lo mencioné al principio) del examen del lunes. La mala suerte legendaria que me persigue hizo que cuando el miércoles le pregunté a la profesora cuando podía hacer el examen, ésta me emplazase a una hora y media después, por lo que tuve que meterme como pude ocho temas cual Cortocircuito. Por primera vez desde que estoy aquí y debido a que me dejó sólo en una sala, saqué el libro y copié, no sin acojonarme mucho ya que podría haberme valido la expulsión de la Universidad, y por lo tanto el final de mi beca.

Image Hosted by ImageShack.us
(Musiquilla de Thriller) "Conjuntiviiiitis, na na na..."

Análisis crítico (lo prometido es deuda): El autor de este artículo nos demuestra que está peor de lo que todos creíamos y que en realidad no es más que un salido que debería ser internado. También se puede inferir de este texto que una compañía adecuada puede marcar la diferencia a la hora de que un viaje pase de "despollante" a "grandioso". Por lo tanto de haber podido haber elegido al equipo entre todos los amigos que ha ido haciendo durante su vida, como si de la Liga Fantástica Marca se tratase, el autor habría optado por un ataque clásico formado por Héctor, Garzón, Jortos, Juan Pedro, Gerardo, Maese y Roni. Aquellos no seleccionados no deberían sentirse discriminados, sino dichosos porque eso quiere decir que no se les considera (demasiado) peligros públicos. Como conclusión sólo añadiré que Enrique no debería haberse comprado aquella cámara de ochenta dólares.

15 marzo 2007

Un año diciendo chorradas

Aviso: Este post es un interludio entre los dos post de Mardi Gras, y no es más que una chorrada, así que si lo que has venido buscando son tetas, vete al post de arriba (cuando esté publicado, claro)

Increiblemente "Uno que se aburre" cumple un año, cuando empecé a escribir esta tontería jamás pensé que fuese a durar un año ecribiendo a un ritmo (in)constante. La verdad es que este blog lleva creado desde hace dos años y pico, en diciembre del año 2004, cuando deseoso de emular a mis héroes, Viruete y ADLO, me registré en blogger y le puse al blog el primer nombre que me vino a la cabeza. Lo único que se escribió en esa versión beta de "Uno que se aburre" fue un post de prueba donde aparecía una foto de Valery Emilov Bojinov y un texto estúpido alabando sus virtudes como fubolista. El paso de los años ha demostrado que estaba equivocado, porque si bien Bojinov ha acabado jugando en la Juventus, lo ha hecho como parche para la Serie B, y tampoco ha destacado.

Image Hosted by ImageShack.us
Lo intenté

Tuvieron que pasar un año y cuatro meses para que en marzo del 2006 me decidiese a (re)inaugurar mi blog. Al principio lo pensé como una válvula de escape de mis instintos más freaks, llegando al máximo cuando empecé a publicar el I Curso de Sociología de la Red, que contó con varias entregas. Siempre me quedará la espina clavada de no haber publicado el tema de los gafapastas, que tanto demandaba el añorado Zzazz, pero estoy seguro de que algún día lo publicaré.

La llegada del mundial y mi amor por el fútbol en general y el Football Manager en particular provocaron la publicación de mi análisis del mundial, el cual contó con dos entregas, y demostró que como pitoniso no tengo valor.

Y entonces, en agosto, llegó el momento que cambiaría este blog para siempre, me concedieron una beca y me fui a estudiar a EEUU, a partir de entonces el blog cambió, y aunque ha seguido manteniendo algunos post de liberación de impulsos freaks, la mayoría han sido sobre acontecimientos clave en mi estancia en los EEUU.

No quiero dejar en el olvido otros posteos memorables como el que narraba las hazañas de El Artista antes conocido como Paralitixmen, y aquel sobre Tony Jaa en el que un chaval de Melilla me pedía que le enseñase Muay Thai.

Para concluir este especial, tenía pensado hacer algo muy típico en los blogs que es hacer un listado con las búsquedas de Google más chorras que han llegado a mi blog, pero en alguno de los últimos formateos a los que se ha visto sometido mi ordenador debe de haberse perdido el .txt donde las tenía, así que me limitaré a deciros que la mayoría de busquedas que llegan a mi blog lo hacen con las palabras:

- Football Manager (o Fútbol Manager) (o jugadores jóvenes buenos del FM)
- Tony Jaa
- Lordi sin mascara (que cabrón soy). Derivados de éstos también llegan muchos buscando Slipknot sin mascara
- El/Las chocho, coño, tetas de Paris Hilton
- Trolls
- Bukkakke
- The Uranus Experiment

En resumen, la gente está perturbada, y yo el que más.

14 marzo 2007

Mardi Gras (1 de 2)

Aviso: He partido el post porque me estaba quedando largo de cojones. Aquí se explican los preparativos, y en el siguiente se explicarán los hechos acontecidos durante el fin de semana, a lo que añadiré un análisis crítico como toda recensión requiere. Mañana se publicará la segunda parte. Entre medias habrá un post de celebración del primer aniversario de “Uno que se aburre”.

Mucho antes de que en mi adolescencia me propusiese el objetivo a largo plazo de visitar los carnavales más importantes del mundo (Canarias, Brasil, Venecia y Nueva Orleáns), ya había en mí la inquietud por presenciar esa fiesta que la Gobernadora Marley celebraba todos los años en Isla Booty, y que, circunstancialmente, también se celebraba en Nueva Orleáns. Debido a ello una de las dos cosas que miré si estaban cerca de Milledgeville cuando me concedieron la beca fue dicha ciudad (la otra fue Las Vegas).

En un principio temí que tras el Katrina dicha fiesta no volviese a celebrarse en años. El huracán Katrina supuso un muy serio varapalo para la ciudad de Nueva Orleáns, pero todo el mundo sabe que la mejor forma de sobreponerse a los problemas es mamándose así que la fiesta volvía un año después del desastre: “Show must go on”. Desde que volví a Estados Unidos tras las vacaciones navideñas tenía muy claro que, sí o sí, debía ir al Mardi Gras. El problema era el control de gastos: el fin de semana en Jacksonville, el fin de semana en Atlanta (el del Hawks-Raptors), la spanish party, la fiesta en general, y sobre todo esos gastos menores como son la vivienda, la comida, o la luz, había hecho estragos en mi presupuesto. Además, Spring Break se acercaba y las previsiones no eran optimistas, gastos “a gogó”, que diría Ibáñez. Así que me encontraba en un estado financiero lamentable. Borja y Víctor se borraron pronto del tema, preferían reservarse para Spring Break, pero yo tenía que ir, aunque tuviese que pasar abril y mayo debajo de un puente.

Aquellos que me conocen personalmente conocerán mi condición de “mendigo de amigos“. Famosas son las noches es las que voy rotando de grupo de alcohólicos con el objetivo único de permanecer de fiesta el mayor número de horas, sin importarme demasiado la amistad que me una con dichos sujetos. Teniendo en cuenta esos precedentes, era evidente que el hecho de que la gente con la que tengo mayor relación aquí no quisiese ir no iba a ser para mí un impedimento. El primer interesado no tuve que buscarlo lejos, Enrique, compañero de piso de Borja y del que ya he hablado varias veces en este blog. “Pero si es un español” diréis todos, “tenéis que ser colegas”. Pues ni sí, ni no, sino todo lo contrario. Me explico, Enrique no es mal tío, pero hay un par de aspectos de su personalidad que me impiden ser amigo suyo por más que yo quiera, el primero es que se toma la vida demasiado en serio, algo que respeto pero no comparto, el segundo es que se cree mejor que el resto del mundo, y por ahí ya no paso. Pero como en momentos de necesidad esas cosas me la pelan, no dudé un momento en convertirle en mi compañero de viaje.

Ya éramos dos pero estábamos en la misma situación que cuando era yo sólo, no teníamos coche, ni dinero para alquilar uno. Así que lo siguiente era engañ…, ejem, encontrar a alguien con coche. No fue demasiado difícil pero las perspectivas no eran demasiado alagüeñas, quien se apuntaba era una tía portorriqueña con la que no se puede hablar ni en español ni en inglés, y que encima es una de las tías más raras que he visto en mi vida, además venía acompañada de por su entonces novio sueco, que hace que a su lado ella parezca la más normal de los mortales. Me diréis: ¿Cómo te quejas de gente rara? ¿Has visto a tus amigos? ¿Te has visto a ti mismo? Evidentemente tanto yo como mis amigos somos unos perturbados de tomo y lomo, pero esta gente son rara de los que preocupan, de los que les ves y piensas ¿qué cojones les estará pasando por la cabeza?

Lo importante es que ya teníamos la trouppe, y a mí lo que me importaba no era la compañía, sino el destino, pero, ¡Oh, aciago destino!, la perturbada ésta estaba de movidas con su madre (no me extraña) y no podía llevarse el coche. Enrique y yo estábamos jodidos, necesitábamos alguien que nos llevase al Mardi Gras el viernes, y la noticia nos llegó el miércoles. ¿Qué podíamos hacer? Varias veces he hecho mención al Facebook desde éste vuestro blog amigo, pero nunca he llegado a explicar en que consiste. Básicamente en un mete-fichas camuflado de comunidad online en la que está registrado todo EEUU. Resulta que Facebook ofrece la posibilidad de escribir una nota y compartirla con todos aquellos contactos que quieras, así que eso es lo que hicimos, escribimos una nota diciendo que dos amables españoles buscaban a alguien con corazón de oro y ganas de juerga para ir al Mardi Gras. El jueves por la tarde teníamos tres ofertas sobre la mesa y teníamos que decidir. Una era de un tipo jodídamente extraño al que no habíamos enviado la nota, otra era de Arnold, futuro presidente (no democráticamente elegido) de la República Democrática del Congo, y otra era una amiga de Enrique con cara de buena persona. Nuestra primera opción era Arnold, quien pese a ser un perturbado amante de los rifles de asalto y los cuchillos, es un perturbado de los graciosos, de los que te partes el culo con él de fiesta, pero se cagó cuando llegaron noticias de tormentas en Nueva Orleáns. La segunda opción era la chica con cara de buena persona, pero al final retiró su oferta por razones aún no aclaradas. Así que no nos quedaba más opción que un tío que conocimos en la primera semana, del que no sabíamos prácticamente nada, y que además le habíamos dejado fuera de la nota conscientemente. Os presento a Matt Smoth (Uno que se aburre continúa su política de cambiar i por o cuando hace mención a al nombre completo de una persona)

Image Hosted by ImageShack.us
¡¡¡Se me van a caer los brazos!!!

Image Hosted by ImageShack.us
¡¡Tengo graves problemas psico-motrices!!

Matt nos informó de que una amiga suya iba a acompañarnos, tras un poco de investigación en el Facebook (bendito invento), la localizamos y comprobamos que Diso seguía sin estar de nuestro lado.

Nuestro destino estaba esperándonos, Mardi Gras, a ver cómo acaba esto.

02 marzo 2007

Twister Choc

Bueno chavales, ha sido un placer conoceros a todos, espero permanecer en vuestra memoria.

Adios.