Buenas tardes caballeros, hoy se produce la inauguración del I Curso de Sociología de la Red, y lo vamos a hacer con un tema de candente actualidad, y del que es posible que muchos de ustedes hayan sido víctimas en alguna ocasión. Este tema no es otro que los trolls. Antes de empezar, y a modo de bibliografía, me gustaría recomendarles, en caso de estar verdaderamente interesados en el tema, que consulten
el artículo de la Wikipedia, pues puede ofrecerles una visión mucho más profunda del fenómeno troll.
Es posible que, para quienes no hayan oido nunca este término asociado a la red, la palabra troll les evoque alguna de estas imágenes:
Realmente un troll de internet no tiene por qué tener aspecto vomitivo como el del primer ejemplo, o adorable como el del segundo, es más probable que sea un freak gordo con gafas o un nerd (estos términos los veremos en el próximo tema).
Tras esta pequeña introducción, ya es hora de que entremos en materia propiamente. En Internet se conoce como troll, a aquel individuo que busca crear controversia y/o disputas a través de sus opiniones en diversos medios. Es decir, se trata de un freak aburrido que decide divertirse provocando a los demás, y se ríe viendo como el resto de individuos, ajenos a su trampa, entran a trapo en la discusión, dejando, en ocasiones, en evidencia los peores instintos del ser humano. Los trolls no son un grupo homogéneo con un pensamiento común, sino que adoptan aquella postura o ideología que crean puede provocar más a aquellos a los que se dirijan.
Mi primera experiencia con un troll fue en una Campus Party en el chat del programa que utilizábamos para bajar "copias de seguridad" por el ftp. Allí un individuo afirmaba que había sido penetrado por el orto en las duchas de la convención. Esto, evidentemente suscitó gran cantidad de comentarios al respecto por todos aquellos que lo leyeron. Curiosamente, el mismo individuo empezó a decir otra serie de cosas que suscitaban polémica, pero que no tenían porque ir asociadas a lo otro, que era virgen (mofándose además de la posible virginidad de todos los contertulios, algo que dolió especialmente pues posiblemente era verdad), que no bebía alcohol, que los videojuegos eran dañinos, e incluso que era independentista y republicano, lo que desato el conflicto interno entre aquellos que antes se habían unido para insultarle. Yo asistía perplejo al espectáculo, intentanto decir a la gente que eso era imposible y que el tipo muchas veces se contradecía, pero increiblemente la gente no lo percibía y no concebían que pudiese ser mentira. Esta es la gran arma de los trolls, la aparente falta de percepción de sus actividades por parte del resto de individuos.
El troll originariamente apareció con los foros, los cuales por la posibilidad de iniciar el tema de discusión eran propicios para que el troll introdujese un tema controvertido, y que asegurase la sangre, para verter una opinión radical que generase la mayor cantidad posible de respuestas. Lo más fácil para un troll era entrar en un foro de derechas y soltar proclamas independentistas, o introducirse en el foro de la Asociación de Gays Americanos y soltar proclamas homófobas. Pero hubo trolls que supieron ver más allá, y fueron capaces de crear post memorables como el que nos envía Paralitixmen sobre
el rotulador (donde Lydia probablemente sea un tipo gordo con barba y gafas), u otro que vi hace tiempo (lo he buscado pero no he sido capaz de encontrarlo) en el que un individuo entraba en un foro de Batman, afirmando en un principio que el Dr. Spock era más poderoso que el héroe de DC, para después de mucha discusión, terminar afirmando que él mismo con las técnicas
vulcanianas que había aprendido, podía derrotar a un experto de cualquier arte marcial. Éste último me marcó, porque a pesar de lo ridículo del tema, la gente no perdía la concepción de que todo era verdad, y seguían discutiendo con él. Además fue el primero en que vi un colaborador del troll, quien entra en la discusión para darle más veracidad al tema.
Con los nuevos tiempos y el nacimiento de los blogs, los trolls han conseguido un medio en el que poder desarrollar de forma única sus actividades. No me refiero a los comentarios, donde pueden actuar tal y como lo hacían (y hacen) en los foros, si no creando sus propios blogs, eso sí, adoptando una personalidad ficticia que les permita crear disputas. Hace tiempo vi un blog de un tío que se hacía pasar por un bakala que robaba coches y daba palizas a mendigos, y era increible ver la cantidad de comentarios que conseguía con cada uno de sus post. Existen otra mucha cantidad de ejemplos de mejor gusto como
este tipo que se hace pasar por vidente, o
este otro que dice ser nintendero y reirse de sony, cuando en realidad está haciendo los contrario. Este último caso es especialmente curioso, pues consigue las iras de ambos bandos, aunque al menos los nintenderos que se enfadan demuestran ser algo más inteligentes.
Con el paso del tiempo, es cada vez mayor el número de gente que conoce las actividades de los trolls, y por ello es cada vez más frecuente que ante la aparición de uno, en seguida alguien diga: "Don't feed the troll" (No alimentes al troll), quedando el troll desenmascarado y recibiendo lo que más le puede molestar, ser ignorado. Por ello, los trolls tratan cada vez más de extenderse a medios más generalistas donde sean menos conocidos, como es el caso antes visto del foro de Ragazza.
Lo peor de los trolls no es el troll en sí, sino comprobar lo desquiciada que está la gente, que a la menor provocación ya saltan a la ofensiva de las peores maneras.
Para finalizar la clase de hoy, les propongo una práctica, inicien un hilo troll en algún foro o web y me lo entregan en dos semanas. Tengan en cuenta que suele ser un ejercicio de examen. Muchas gracias por su atención, el próximo tema será: "Los freaks", vayan preparándoselo.
