03 mayo 2007

Spring Break (1 de 2)

Al contrario que otros viajes aquí narrados, el Spring Break era algo que veníamos planeando con mucha antelación y cuidado, lo que pudo repercutir en que al final no fuese TAN grandioso como se esperaba, pero aún así lo pasamos muy bien. Como el viaje duró una semana intentaré que la crónica no sea tan exhaustiva como otras veces pero aún así he tenido que partirlo en dos partes. La primera será sobre Daytona (principalmente), Orlando y Everglades, y la segunda sobre Miami (principalemente) y West Palm Beach.

El viaje en general ofreció tres impresiones, ir a Florida es como estar en España, a los americanos las cosas “se les van de las manos” (fue el comentario más repetido a lo largo del viaje), y la técnica de “polillas a la luz” no es tan efectiva como parecía en un principio. Estas tres afirmaciones, a priori sin sentido (lo adquirirán en breve), marcaron el viaje. Otro de los aspectos clave fue que para ahorrar dinero sólo dormimos en hotel 3 noches, por lo que el resto dormimos en el coche alquilado y utilizamos tácticas de mendicidad para sobrevivir.

Nuestro primer destino fue Daytona Beach, famosa ciudad para todos aquellos que busquen una juerga estudiantil al estilo americano, que en realidad no es más que una reproducción de la zona guiri de Salou, aunque sin entrañables relaciones públicas de discoteca argentinos que te pregunten ¿Querés tetás? En Daytona hay dos claras franjas de ocio, cada una localizada en un lugar y momento del día diferente. Por la mañana todo el mundo está en la playa, en la que increíblemente se puede meter coches, así que allí están todos los americanos jodiendo los bajos de sus BMW, Mercedes, o coche tuneado estándar, con la arena y el agua de la playa. Además el hecho de que la ciudad cuente con uno de los circuitos de NASCAR más emblemáticos de EEUU hace que las concentraciones tunning, ya sean oficiales, o casuales en cualquiera de sus calles, sean bastante comunes y uno de los mejores escenarios para que salga a la luz el bello comentario “se les va de las manos”.

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“Se les va de las manos”

“Se les va de las manos”

Por la noche la acción se traslada de la playa a la zona de bares y discotecas, donde miles de americanos borrachos hasta los bordes intentan aparearse con mucha voluntad aunque sin demasiado éxito (aunque a poco seguro que mayor que el nuestro).

El primer día que estuvimos allí vivimos la que probablemente sea la anécdota del viaje, y una de las experiencias más bizarras que he vivido (y eso que son muchas). El caso es que estábamos en el hotel, nos habíamos bebido un par de cervezas para entonarnos mientras veíamos Conan en la tele por cable y habíamos llamado a un taxi para que nos llevase a la zona de fiesta. Bajamos a la calle a esperar el taxi y tras esperar unos minutos éste apareció. Montamos y amablemente saludamos al taxista, un chaval latino raperete con gorra de visera plana a lo Daddy Yanki. Lo primero que nos dijo fue: ¿os importaría que fuese un momento al baño? Nosotros como somos muy amables y educados le dijimos que por supuesto que podía ir. Yo supuse que ya habría venido más veces a ese hotel y sabría que había un baño en la recepción, pero cuando empezó a andar con el coche me quedé sorprendido. Según íbamos hacia la parte de atrás del hotel en el coche, pasamos por delante de una pickup (no tengo ni idea de cómo llamarlo en español, ¿camioneta?) donde un grupo de gente estaba haciendo botellón. El taxista cuando les vio nos preguntó preocupado ¿son policías? Víctor ya estaba empezando a ser incapaz de aguantar la risa, y Borja, estoicamente, le dijo que no, que eran un grupo de gente tomándose unas cervezas. El taxista siguió conduciendo junto a una caseta de obra que había en el lateral del hotel y se bajó del taxi. Yo pensé que la caseta en cuestión sería un baño, hasta que le vi meando detrás de un seto. En ese momento los tres reventamos de la risa, no podía ser cierto que el taxista nos dijese que si podía ir al baño y se hubiese puesto a mear detrás de un seto tan acojonado de que le pillase la policía que hasta desconfiaba de un grupo de gente haciendo botellón. Una vez que volvió al taxi y salimos del recinto del hotel puso el taxímetro, por si alguien pensaba que nos estaba cobrando la meada. Ya en la carretera y al descubrir que éramos españoles no dijo que se llamaba Joey y que hablaba spanglish. Estuvimos charlando un rato con él y la verdad es que era un cachondo pero el pobre no hablaba bien en ninguno de los dos idiomas, así que entenderle era bastante jodido. El gran Joey se ha convertido en uno de los personajes más carismáticos y desojantes que me he encontrado en un taxi, todo un personaje. Toda la conversación que mantuvimos merecería haber sido grabada y reproducida aquí, pero esto se haría insoportablemente largo.

Ya fuera del taxi optamos por entrar en la primera discoteca que vimos, cuyo nombre no recuerdo, pero que me recordaba muchísimo por su disposición a la planta de abajo de “La Rosaleda” en Valladolid, aunque el doble de grande. Allí pues más de lo de siempre, mujeres frotándose, negros que se creen salidos del último video de 50 cents, rednecks que no se quitan la gorra ni debajo del agua, y mucho alcohol. Nos tomamos tantas heineken (la cerveza más fácil de pedir en inglés) que acabamos haciéndonos colegas de la camarera, una chica italiana que ya nos las ponía cuando veía que se nos estaba acabando la anterior. Borja se encontró con Joey en el baño fumándose un puro, lo cual me hizo no poder resistirme y fumarme uno también, lo que hizo que yo también me empapase de la estética videoclip que inundaba el lugar. Uno de los momentos claves de la noche se produjo cuando un grupo de cuatro chicas empezaron a frotarse salvajemente, lo cual produjo un torrente de aspirantes a frotarse con ellas que se tornó cómico en muchos momentos. Nosotros decidimos seguir el sabio consejo de Víctor de utilizar la táctica “polillas a la luz” que se basa en un teorema básico, si eres el único de la discoteca que no intenta frotarse con ellas, ellas vendrán a ti. Sorprendentemente funcionó, y durante escasos minutos fuimos la envidia de la caterva de hombres sudorosos que observaban cómo las 4 se frotaban contra los tipos que estaban a lo suyo bebiendo birras en la barra. Una vez que comprobaron que nuestra aparente dureza no era más que superficial y que disfrutábamos tanto o más que los demás del frote, nos abandonaron, aunque luego estuve un ratillo hablando con una de ellas, pero la cosa no fue a más. La noche dio para poco más (es lo malo de que la fiesta empiece a las 12 y acabe a las 2:30), así que acabaré la crónica del día con un consejo por si alguna vez vais a EEUU y queréis haceros amigos de los más durezas del lugar. Si un tipo con gorra de visera plana, y un montón de collares se os queda mirando debéis mirar a la primera tía decente que haya en su línea de visión, y mientras sonreís y miráis hacia abajo resoplad y moved la mano como diciendo “madre mía”. Al momento será tu colega, aunque existe el riesgo de que haya visto demasiados videoclips y sienta la imperante necesidad de azotar el trasero de la señorita en cuestión, lo cual te puede meter en jaleos porque la gente pensará que erais amigos.

El día siguiente estuvo marcado por el hecho de que ya no teníamos hotel, por lo que dejamos el coche en el parking del hotel (aunque ya no éramos huéspedes) y nos fuimos en bus a la playa. Cuando volvimos al hotel fuimos como quien no quiere la cosa a la piscina por un lateral del hotel nos dimos un baño de 30 segundos y cual husmias nos duchamos en las duchas de la piscina, el cual era el objetivo principal de todo el paripé. Una vez duchados nos fuimos al coche y condujimos hasta un centro comercial cercano, donde establecimos el centro de operaciones, nos cambiamos, y fuimos a los baños a ponernos las lentillas, perfumarnos, etc. Cuando estuvimos listos cogimos el bus que salía del centro comercial y bajamos a la zona de bares. Una vez allí Borja se dio cuenta de que había olvidado cualquier tipo de documento de identidad, por lo que tenía que volverse al coche a buscarlo. Para ahorrar, y porque ya no había más buses, se fue andando y al parecer tardó más de una hora y media, por lo que pasó de volver a bajar al centro. Eso nos dejó a Víctor y mí solos ante el peligro. Nos fuimos a un bareto a tomarnos unas jarras de cerveza las cuales nos salieron por la cara ya que Víctor se encontró 30 pavos en el suelo. Cuando ya andábamos tocadillos nos fuimos a una discoteca diferente de la del día anterior por cambiar un poco, pero era más de lo mismo. La noche fue como cualquier noche normal y no tuvo nada destacable, nos sablearon con las copas que parecían chupitos, me fumé otro puro, la táctica de “polillas a la luz” no funcionó por segunda vez, y comprobamos que ser extranjero te hace adorable cuando Víctor intentó colarse en la discoteca y al ser descubierto lo arregló todo con un simple “I don’t know how it works” (no sé como va esto), lo cual fue contestado con choques de manos múltiples entre Víctor y los porteros al estilo raperete que tanto mola.

Orlando me lo voy a ventilar en un párrafo porque tampoco es que tuviese mucha historia. El objetivo era ir a un parque temático de la Universal e ir al Club Paris de Orlando por la noche, pero tristemente el destino volvió a negarnos la posibilidad de acudir a tan magno club puesto que los lunes es la noche light, a la que no pueden entrar los mayores de 21 años. El parque temático pues lo de siempre, mucha agua, unas risas, y eso sí, la atracción de Spiderman es acojonante. Si alguna vez vais allí no dejéis de montaros.

El siguiente paso en el viaje eran los Everglades, parque natural que seguramente esté muy bien si te va ese rollo, pero que a Víctor y a mí nos pareció un coñazo. Andamos como subnormales, nos atacó una bandada de cuervos camorristas, y vimos un par de cocodrilos. Lo mejor fue comprobar la inmunidad diplomática de la que se goza si conduces a toda hostia por un parque natural si eres extranjero, fue ver el carné de conducir de Borja, flipar con ese extraño tríptico rosa, y decirnos “bueno chavales, por esta vez no pasa nada, pero conducir con cuidado”.

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¡¡Borja valiente!!

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El que empezó la movida

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Lo mejor de la zona de Everglades eran las señales de “Cuidado cocodrilos cruzando”

Mañana la segunda parte, en serio, lo prometo.

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7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Yo no era el que te he pedido lo de pesoccerworld pero bueno, no pasa nada jeje. A mi el springbreak me ha dejado de interesar desde que se lo del montecito quiero datos!!!

3/5/07 11:15  
Anonymous Anónimo said...

Sé que la mayoría de lectores son tios pero...podías ponernos a las tías algún consejo de esos de "si vais a EEUU alguna vez:...",no?jajaja.

3/5/07 13:55  
Blogger Ocoloco said...

Me encanta la forma de ahorro que tienes. Estos gringos ...

3/5/07 18:32  
Anonymous Anónimo said...

joderrr lasa!!!! tus meses de pasotismo extremo a la hora de actualizar tu blog ya no pueden ser criticados gracias a tus sublimes post sobre viajes.

He llorado con frases como:
-"utilizamos tácticas de mendicidad para sobrevivir" o "durante escasos minutos fuimos la envidia de la caterva de hombres sudorosos",

A pesar de la santificacion de estas sagradas frases por medio del papa Beneaddicto a las Drogas en su misa del domingo en el Vaticano, el pueblo se ha kedado con esta ultima:"nos atacó una bandada de cuervos camorristas".

Eres un jodido caxondo, a ver si vuelves ya y nos pegamos una juerga digna de Miami Beach aunke aun sigo caliente xq me ha dixo un pajarito q has mandao un correo a tol mundo, excepto a mi,pero weno, ya t apalearé cuando welvas o sino doy un toke a los cuervos camorristas q residen en el cuadro (q x cierto sigue saliendo semanalmente en los periodicos por tiroteos y acuchillamientos....en fin, hay cosas q nunca cambian...)

CIAO LASMAN

4/5/07 01:35  
Blogger Miriam (flxt) said...

jajajaj. I dont know how it works...realmente esque victor es adorable.
chico, lo del club paris se te esta reisitiendo. Yo creo que a la 3º va la vencida.

4/5/07 14:22  
Blogger Rodion said...

Iruka: En breve dejo datos. Los pocos de los que dispongo.

Pindongo: Siendo chica lo difícil es no hacer amigos. Si quieres te doy un consejo para que controles su amistad: si te azota dale una hostia en la mano y mírale con cara de ser la tía más dura del mundo, se irá con el rabo entre las piernas (nunca mejor dicho)

Oco: O se ahorra en alcohol o se ahorra en hospedaje, creo que le elección es clara ¿no?

Maese: Puedo prometer y prometo que te mandé el email, si no te llegó pídele a alguien que te lo reenvíe y verás tu cuenta entre los receptores.

Miriam: Una pena que a corto plazo no vaya a haber una tercera, pero bueno, en su web anuncian la inminente (ja) inauguración de un Club Paris en Barcelona, habrá que acercarse. Realmente Victor es adorable, le voy a hechar mucho de menos.

La segunda parte está lista, sólo falta que Metacafé de el visto bueno a los vídeos.

4/5/07 15:34  
Anonymous Anónimo said...

Pues ya tenía ganas de otra dosis de anécdotas transatlánticas.
Me fumaría un purito Reig muy a gustito con el bueno de Joey.
Mi tierna cabecita sigue sin concebir el concepto frote. ¿las tías se restregan contra cuerpos sudorosos y confederados como si de gatos ronroneantesse tratase?
¿No aprovechaste la ocasión para saludar a la celebérrima Orca Ulises en Orlando? aquí, en Barcelona, se llora su ausencia más que la del jodido Copito.
En fin, estaré alerta al segundo capítulo.
Saludos!

4/5/07 17:48  

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