17 mayo 2008

Happy People

ATENCIÓN: Tocho infumable, de tres páginas de Word


En el mes y pico que llevo ya en Nueva York he acumulado bastantes buenos momentos, he conocido a gente maja y me lo he pasado muy bien, pero histórico, lo que se dice histórico, sólo ha habido un fin del semana, el del 25 y 26 de abril. El día 26 se celebraba un cocktail de gala en honor a la película El pollo, el pez y el cangrejo real, película documental en la que se sigue la participación de Jesús Almagro (Mejor cocinero de España en 2007) durante la copa del mundo de cocina celebrada en Suiza (creo). La película es algo así como Contacto Sangriento pero en vez de ambientarse en un torneo de artes marciales clandestino pues lo hace en un torneo de cocina, eso y que en vez de Van Damme el protagonista es Jesús Almagro, por lo demás es clavadita. Y eso es un piropo, porque Contacto Sangriento es un peliculón. La película se proyectaba en el festival de cine internacional de Tribeca, que se celebra aquí en Nueva York, y la Comunidad de Madrid que había participado en la producción quería montar un sarao. Así que yo me estuve encargando de enviar invitaciones, confirmar los invitados que iban a ir, y resolver sus dudas durante las semanas previas. Después de tanto trabajo estaba claro que no pensaba perdérmela, más después de saber que en la lista de invitados de Madrid se incluía a Ornella Muti, la musa de mi infancia (aunque a estas alturas ya sabéis todos que no acudió), así que el viernes 25 apunté a la lista de invitados mi nombre más cinco, para que así pudiesen venir también los demás becarios.


Tras apuntarme a la lista y concluir mi jornada de trabajo del viernes (a las dos de la tarde, moríos de envidia) me fui a comer con otro becario, Xabi, a Central Park, así que pillamos kebab y unos barrilitos pequeños de cerveza que venden en las farmacias (efectivamente, y también suelo comprar el tabaco en la farmacia), unos vasos de España de la oficina y listo. Con dos cojones. Ya es la segunda vez que hacía minibotellón en Central Park un viernes después del curro, pese a que todo Dios nos dice que como nos pille la poli se nos cae el culo. Una vez acabadas las birras nos fuimos a Astoria, el barrio en el que vivimos ambos, y nos tomamos otras birras en mi casa. A eso de las 10 salimos a cenar algo y luego salir por ahí.


Después de cenar llega Xabi y me dice: “Oye hay un garito que siempre paso de camino a casa que tiene pinta de ser una discoteca chula, ¿nos pasamos a ver que tal está?”. Yo, como aún estamos en proceso de conocer garitos para así cuando vengáis alguno (si es que venís alguno) llevaros a los mejores, pues dije que por supuesto, que fuéramos a ver que tal estaba el sitio. Así que nada, anduvimos para allá y llegamos a la puerta, una puerta en plan discoteca que ponía Riviera. Entramos y nos dice el portero, “son 10 pavos”, y le digo yo a Xabi, “bueno, no es mal precio, entramos ¿no?”, Xabi me dice que sí, pago, me dan la vuelta todo en putos billetes de dólar, y cuando miro a la derecha hacia la entrada me encuentro un arco detector de metal. Me cambió la cara, y pensé, “hay que joderse donde coño me ha traido el puto Xabi, esta va a ser la discoteca de todos los negros raperetes, o latinos de bandas, en plan si no traes dos pipas mínimo no eres nadie”. Así que paso el arco, me pita yo no sé el qué, y el portero me empieza a cachear, yo acojonado, y de repente… vi la luz, en frente mío, un marco, y en el marco, un cuadro, y en el cuadro una tía en bolas, ¡¡¡no estábamos en una discoteca de changos!!!, ¡¡¡estábamos en un puti!!! Una vez dentro ya estaba claro, era un pool dance, o lo que es lo mismo un garito con barra americana (de ahí que me dieran toda la vuelta en billetes de dólar), con tres barras para ser exacto. Miro a Xabi y le digo, “cabronazo, tú sabías de sobra que tipo de garito era este”. Xabi juró que no tenía ni idea, pero bueno, siempre quedará la duda.


Una vez dentro pues lo de siempre, montones de cachondas semidesnudas (en EEUU no se pueden quitar el tanga), perturbados lanzando dólares como si les fuera la vida en ello, y amables camareras cogiendo la propina entre las tetas. Decidimos tomarnos una cerveza ya que habíamos pagado por entrar (de hecho al final nos tomamos dos) y disfrutar un poco del espectáculo. A mi de estos garitos lo que más me mola no es ver a las tías desnudas bailando, que también, sino ver a la clase de tíos que se asoman por allí. Desde los pardales apoyados en la pared tomando un chisme (como Xabi y yo) a los tíos que practican la lluvia de dólares (como mola que exista billete de dólar para ese tipo de cosas, pensad que es un billete que vale 60 centimos de €), pasando por los enfermos que tienen a una sentada encima y le dan billetes para que sea ella la que se los meta en las tetas a las otras (¿qué sentido tiene eso?). Así que nada, nos echamos unas risas viendo la fauna, vinieron dos latinas a tocarnos el pito, literalmente, y me eché unos cuantos cigarros disfrutando de nuevo del placer de fumar dentro de un local mientras me bebo una birra (en todos los bares de Nueva York está prohibido fumar). De todos modos yo estaba reventado de patear Central Park, y el sábado teníamos el cocktail al que había que ir descansado, así que bastante pronto le dije a Xabi que me piraba y me fui a dormir. Pero bueno, que sepáis que para cuando vengáis ya hay garito, además este fin de semana pasado descubrí el Ritmo’s 60, que ese es para darle de comer a parte, pero ya lo descubrireis aquellos que vengais

Por fin era sábado, el día del sarao, me levanté, comí, hice un rato el vago, después me preparé, me duché, me puse el traje y me fui hacia el restaurante DelPosto, en el cual se celebraba el evento. Una vez allí me encontré con todos los demás becarios, todos con sus trajes y todas con sus vestiditos elegantes. Nos dirigimos a la puerta y dije orgulloso, Luis García (ya sé que antes he ocultado mi nombre por quien pueda leer esto, pero en el fondo es una tontería) más cinco. La amable señorita de la entrada miró la lista y me dijo con un sonrisa, “lo siento no está en la lista”. Todos flipamos, yo me puse a explicarle que trabajaba para la oficina de turismo de España y que yo había enviado la lista, y que por lo tanto estaba seguro de estar en ella, la chavala miraba una y otra vez, pero nada, mi nombre no aparecía. Menos mal que apareció una de Turismo Madrid y nos dejó entrar. Una vez dentro lo primero que vimos fue a los fotógrafos tomando fotos de la gente y el típico fondo en el que se ponen los famosos a hacerse fotos, pasamos del tema y entramos en el salón donde estaba celebrándose el cocktail. Nada más entrar nos encontramos con el director y el subdirector de la oficina, cuando me vio el director puso cara en plan “¿qué hace este aquí?”, me acerqué, les saludé amablemente y les digo, “pues nada, aquí estamos el equipo becario”, entonces se dieron cuenta de que detrás de mí venían los otros cinco becarios, momento en el que la cara del director debería haber sido fotografiada para ilustrar la palabra flipar en las enciclopedias.

El cocktail estaba bastante bien, cocina moderna en plan, caviar de melón, fruta criogenizada, huevo con chorizo y patatas deconstruido, pizza cristalizada, pincho de foie con algodón de azúcar, y demás chorradas que están ricas pero que en realidad lo que mola es la presentación que tienen más que a lo que saben. También había jamón serrano y cordero, que es básicamente con lo que nos alimentamos realmente. Además nos dieron un vino que era con mucha diferencia el mejor que he probado en mi vida, lástima que no me quedase con el nombre (aunque no podría comprar una botella en mi vida). De los famosos ni rastro, yo ya le había comentado lo de Ornella Muti al subdirector porque es un cachondo (también le contamos lo del Riviera del viernes) y él por su parte estaba más interesado en Isabella Rosselini, así que andábamos los dos todo el rato preguntando y tal, pero al final el único que apareció fue Fernando Trueba.

Image Hosted by ImageShack.us

Chiste fácil: ¿Dónde está mirando Trueba?

Pero bueno, los famosos eran lo de menos, estábamos en un coctel de señoritos, comiendo movidas que si no, no habría probado en mi vida, tomando un vino de primera, y echándonos unas risas con las historias del subdirector sobre cuando vivía en el barrio de las señoritas de dudosa reputación en Suiza. Pero entonces, llegó la perdición, Javier, el director, apareció con un vaso de tubo con coca cola y hielos, y yo pregunté en plan broma “¿vaya, y ese copazo?” y va y me dice “no lo sabíais, allí al fondo hay barra libre”. Y en ese momento se desató el Apocalipsis, los seis amables becarios que conversaban amablemente con una copita de vino y degustaban manjares, se convirtieron en seis enfermos beodos pegados a la barra pidiendo copazos de ron con cola (bueno en realidad cuatro porque Xabi y Nagore se controlaron un poco). Xabi intentaba imponer la cordura recordándonos que estábamos allí como representantes de España y que por lo tanto debíamos mantener unos mínimos de compostura, y yo pese a que no paraba de pedirme copas le daba la razón, pero el alcohol iba haciendo mella poco a poco en nosotros y el espectáculo era cada vez más dantesco.

Image Hosted by ImageShack.us

Patricia en el suelo es un ejemplo bastante claro de lo que quiere decir dantesco


La gente empezó a marcharse, incluidos nuestros jefes, y allí ya apenas quedábamos 20 personas, entre las cuales destacaban aún más si cabe 6 españoles montando jaleo. Cuando ya se había ido la mayoría de la gente llegaron a la fiesta Michael Stipe (el cantante de REM) y su novio, Marisa Tomei y su novio, y varios amigos, todos ellos amigos de Mario Batalli, el propietario del local, y se sentaron todos en una mesa. Primero nos dedicamos a jugar en la mesa de al lado a “Caricatura”, que es un juego de beber estilo la lista que hacemos nosotros pero con una coreografía. Imaginaos la situación, el propietario del local y sus amigos en una mesa y al lado unos borrachos que se supone que están representando a España jugando a juegos de beber. Nuff said. Después nos estuvimos haciendo fotos con ellos y dando la chapa.

Image Hosted by ImageShack.us

Es la única foto que tengo en la que se nos ve a la vez a mí y al de REM. La cabeza pelirroja es la de Mario Batalli.

Image Hosted by ImageShack.us

Aquí con Marisa Tomei.

Tras esto, Patricia, que ya iba como las cebras, se dedicó a hacerse fotos con una negra a la que no paraba de preguntarla si era famosa, a continuación se acercó a un tipo con aspecto de mendigo y le preguntó si era el gemelo maligno de Plácido Domingo. El tipo en cuestión resultó ser Mikel Urmeneta, responsable creativo y dueño de Kukutxumusu, el cual iba tan como las cebras como nosotros, o peor, y se dedicó a hacerse fotos con nosotros poniéndose una nariz de perro que llevaba en el bolsillo. La fiesta estaba alcanzando tales niveles de surrealismo que yo ya llega un momento en que empiezo a olvidar cosas. Recuerdo que el tal Mikel este nos dijo que fuéramos a un bar llamado Spotted Pig, recuerdo coger un taxi meternos los seis becarios e ir para allá, recuerdo entrar en el bar y seguir bebiendo mientras daba la chapa a unas tías hablándolas en español. Recuerdo estar fuera del bar e irme a casa a dormirla. Es decir, de lo que pasó dentro apenas me acuerdo de nada, Xabi me ha dicho que al principio estuvimos en la zona normal del bar tomando algo hasta que descubrimos que había un privado donde estaban los de la fiesta, y que una vez en el privado y de nuevo con barra libre ya nadie se acuerda prácticamente de nada hasta estar de nuevo en la calle. Para más jodienda no hay fotos del interior del bar, lo cual suele ayudar bastante a despertar recuerdos dormidos, así que lo que ocurriese allí dentro quedará por siempre como un misterio.

Image Hosted by ImageShack.us

Patri dando la chapa a la pobre chica negra

Image Hosted by ImageShack.us


La única foto que hay dentro del Spotted Pig. Yo con el abrigo de piel de Patri haciendo el rapero mientras dos pavos se comen la boca detrás mío.

Image Hosted by ImageShack.us


Con el perturbado de Kukutxumusu


Moraleja: No os mameis cuando representais a un país en el extranjero

Moraleja 2: No os creais lo que dicen los medios. Aquí os dejo lo que dijeron el ABC, y el 20 Minutos acerca de la fiesta. Es decir, escribieron lo que ponía en la nota de prensa que la Comunidad de Madrid envió, posiblemente, antes de que se celebrase la fiesta. De los tres famosos que dicen que acudieron sólo es verdad lo de Christopher Makos. Si realmente se hubiesen documentado habrían escrito acerca de los seis becarios borrachos.